Me está costando arrancar el blog este mes de septiembre. Más de lo habitual. No me importa demasiado (lo sé… que esté escribiendo sobre ello ya es síntoma de que algo sí que me importa) ya que, por un lado, no suelo pasarme demasiado por aquí en agosto, y por otro, en septiembre arranco motor en diésel. Julio fue un mes de desgaste, pero no pensaba que no caería ni un solo post durante las vacaciones…
Ando dándole vueltas a los conceptos de amateurismo y profesionalidad, porque en alguna reunión ha salido el tema. La profesionalidad desde el hacer las cosas irremediablemente bien, pensando en el otro tanto como pensamos en nosotros. O más. La profesionalidad desde la diferenciación y el pensar en la aportación de valor, desde la relación exquisita, el darse sin reservas, el vaciarse, la gestión desde la transparencia, la confianza básica, el cuidado y el darse al otro (al cliente, al socio, al usuario, a tu equipo…)
También he rumiado bastante sobre el trabajo / arte masivo y minoritario, sobre la profunda necesidad de abordar los proyectos de manera artesana, desde la emoción; desde cerca, mirando a los ojos con los ojos de los otros, casi desde dentro. Sobre la exigencia de complicarnos la vida cuando las rectas son demasiado largas. Sobre la necesidad de conectar con quien está ahí enfrente. Escuchando, o no.
Sobre todo esto leí a Ricardo Vicente en “¿Qué haces tan lejos de casa?”. En su texto (por favor, cómpralo, óyelo, léelo) hay un maravilloso extracto que habla sobre todo ello:
Nunca imaginé algo como lo de anoche, aunque tal vez tenga que ver con la idea de ser un artista minoritario. Yo sé que el público al que está dirigido nuestro corpus es así: de raíz frágil y sensible, a veces tremendamente cruel y a la defensiva. Un artista debe conocer a su público porque estás jugando con algo capital, con los sentimientos. Se habla mucho de la diferencia entre el mainstream y la independencia. Yo no entiendo aún en su totalidad estas coordenadas. Nunca me lo planteo en términos de dinero porque me dura poco, no importa cómo lo consiga. Lo que sí puedo decir es que en lo masivo el artista y el espectador importan menos de manera emocional y microscópica porque es una maquinaria excesiva.
Digamos que en términos de Eros-Thanatos, en lo mayoritario hablamos de un baile entre el control de masas o un holocausto. En lo minoritario la relación sería manipulación sentimental o un asesinato colectivo. Es posible que uno nunca pueda ver lo que hace desde dentro, no digo que no. A lo mejor es que estoy extremadamente dañado desde que no me dieron la oportunidad de tocar para la gente más fea de Londres cuando tenía 18 años y ahora veo a la gente más bella de lo que es. O todo tenga que ver con haber elegido el camino difícil, estudiar lo que todo el mundo decía que era un capricho exótico en los tiempos que corrían, y querer ser un asesino selectivo que nunca pudo olvidar a sus espectadores. Uno nunca sabe lo que le hubiera deparado el otro camino de la bifurcación.
Cuando alguien se acerca a ti siempre tiene algo que ganar y algo que perder; yo siempre temo por su vida…
Nuestro trabajo, nuestras canciones, nuestro tiempo, nuestros proyectos son demasiado importantes como para pasar de puntillas. Lo superficial nunca (nos) transforma. (Nos) pasa de refilón, como un mero pasatiempo, un mero entretenimiento, una mera forma de ganarse el sustento. Podemos trazar planes que nos transformen, experiencias de las que salgamos cambiados, en estado de éxtasis. Podemos provocar a las ideas, derribar los muros y transformar(nos) en nuestra decisión / acción. Como dice Goiko en la noiz de este mes a propósito del próximo concierto de Thee Silver Mt. Zion Memorial Orquestra en el Antzoki: “Mola un huevo exponerte a algo que no sea mero entretenimiento, te ponga en una perspectiva nueva y que te anime a investigar, a levantar el puto culo del sofá y a intentar ser una persona más completa / compleja, como hace el verdadero arte”. Amén.
Me está costando arrancar septiembre pero espero sinceramente que este curso nos depare grandes viajes. Desde ya, estamos trabajando sobre ello.