¿Grupo o equipo?

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Ya estamos aquí de nuevo. Visitando Loyola al comienzo del otoño. Acabamos de comenzar el segundo año del Plan de Formación de Provincia y lo hacemos con un par de sesiones sobre trabajo en equipo con Tomás, nuestro compañero de Deusto. La verdad es que es un privilegio poder pasar unos días de reflexión y formación junto al santuario.

Vuelvo a una formación en una de esas competencias que considero fundamentales (básicas, no negociables, de estrato) para construir el futuro de una organización. Porque las organizaciones que no aprendan a trabajar en equipo tenderán a desaparecer. Porque no llegarán a las cimas más altas. Y me preocupa el trabajo en equipo en la educación. Me preocupa cómo trabajamos en equipo en las universidades. 

Pasamos tiempo juntos, eso no podemos negarlo. Somos muy de reunirnos, de participar en claustros que (a veces, incluso) hacen actas, de trabajar en comisiones, de presentar informes para que otros tomen decisiones, de repartir responsabilidades, difundir (quizás) alguna experiencia y, tras ello, volvernos a nuestro despacho. Y lo hacemos pensando que así puede florecer el trabajo en equipo. Lo curioso es que, partiendo de esta trayectoria (que cada uno/a cultiva como buenamente puede), enseñamos a nuestros alumnos a trabajar en equipo e incluso les evaluamos en esta competencia. A estar en un grupo donde trabajamos juntos lo llamamos equipo y a un Departamento lo denominamos equipo de trabajo.

Pero, ¿es lo mismo un grupo que un equipo de trabajo? Un grupo somos personas que trabajamos juntas. Un equipo, para mí, es algo más, por muchos motivos. El ejercicio de una misión compartida, un propósito, las dinámicas de interrelación entre los miembros, el desarrollo de una identidad, la consciencia sobre la distribución de los roles y las habilidades complementarias entre las personas, el que alcance mayores cotas de desempeño que la suma de sus miembros, el desarrollo de conversaciones inclusivas, la facultad de conocernos y reconocernos, las dinámicas de escucha y transformación, la confianza, la flexibilidad, las normas compartidas, las dinámicas de agradecimiento o la celebración de los logros. Un equipo tiene mucho de complementariedad, mucho de diversidad y democracia. Poquito de narcisimo y autoritarismo..

Estas eran algunas de las cosas que han salido hoy en la primera sesión. Mucho nivel… Así que me niego. El trabajo en equipo, a diferencia de los grupos, facilita y promueve nuevas estrategias para alcanzar retos que nos trascienden como individuos en las organizaciones,

Hace un tiempo Gallas hablaba en su blog de esto mismo: 

Me gusta recordar (me) que el primer paso para construir un equipo es mostrar vulnerabilidad. Expresar algo similar a “solo no puedo”. (…) Tan seguro estoy de esto como que el camino para construir relaciones de confianza pasa por compartir pequeñas dudas y errores.

Únicamente desde algo tan humano como la humildad podemos entender las dinámicas de los equipos, las resistencias, y sabremos navegar en los conflictos y la incertidumbre. “A medida que te acercas a tu piel hay más conflictos” nos contaba Tomás. Muy cierto…

No lo quiero olvidar. En momentos de incertidumbre, quizás los equipos, y en concreto los equipos de alto rendimiento, sean una de esas palancas que nos permitan seguir a flote…

* La magia de un quirófano en una foto de @imadcode: La misión de salvar una vida y la danza de roles en un trabajo en equipo exquisito.

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