Hospedábamos hoy en nuestra Universidad de Deusto la cuarta edición del programa «Science by women; Investigadoras africanas que transforman vidas a través de la ciencia«. Contábamos con un debate a cuatro. Por un lado Carmen Pheiffer, sudafricana, doctora en bioquímica médica (actualmente en Vall d’Hebron), Agenas Nakakawa, ugandesa y doctora en ciencias de la computación (quien colabora en Kronikgune) y Dalia Medhat, egipcia, doctora en bioquímica (en Biocruces Bizkaia). Completaba la terna nuestra compañera local (y referente en la conjunción de igualdad, educación y TIC) Mari Luz Guenaga, doctora en ingeniería informática en nuestra facultad de ingeniería.
Normalmente se echan en falta hombres en eventos como el de hoy. Somos parte de esto. Había que estar.
África es un nombre de mujer y mujeres son las que más lo impulsan. – María Teresa Fernández de la Vega, Presidenta de Mujeres por África. (cita)
Mujeres por África es una fundación que trabaja para contribuir al desarrollo del continente africano a través del apoyo y acompañamiento a sus mujeres, que constituyen su gran motor de progreso. Gobernanza, paz, democracia, desarrollo económico y social sostenible en clave de igualdad como factor de transformación social. Es crítica la educación y el conocimiento. Y no interesa. Lo comentábamos hace unos días. Únicamente desde la educación se puede transformar el actual modelo («resistente y resiliente» decía Fernández de la Vega) patriarcal.
No importa quién cree, si hay creación. No importa quién investigue, si hay un hallazgo. No importa quién lo cuente, si hay una historia. Durante siglos la historia ha dado la espalda a la igualdad. – María Teresa Fernández de la Vega.
África crece. Lo ha venido haciendo a un ritmo cercano al 6%. Pero el crecimiento no se traduce en avances en el estado del bienestar de la población africana (¿les suena?). En este trayecto, el acceso de las mujeres al modelo de ciencia y tecnología es fundamental para reducir la pobreza e impulsar oportunidades en origen. Aquí, más que en ningún otro sitio, es necesario un modelo científico y una investigación de impacto en la comunidad. Solo así se combaten los estereotipos y las creencias limitantes.
En la interesante mesa de debate las científicas pusieron en liza las dificultades y los retos que entraña esta heroica tarea. ¿Cuáles son las principales dificultades que se han encontrado en el camino? ¿Cuáles podrían ser algunas de las claves?
- Referentes y modelos cercanos: La falta de referentes es una de las losas para el fomento de las vocaciones científicas e investigadoras entre las niñas más jóvenes. No es fácil tener referencias, pero son fundamentales. Conocer otras mujeres en instituciones que ejercen dicha actividad, el espejo de las mujeres docentes desde las escuelas… es fundamental tener referencias cercanas que naturalicen y trasladen a las niñas la capacidad para hacerlo.
- Raíces y apoyo familiar: Tener el doctorado, haber avanzado en tu formación académica no asegura una carrera científica ni la transformación o mejora social. Existe un claro riesgo de retroceso cuando la mujer no tiene una estructura y una red de apoyo familiar y de entorno fuerte. ¿Cómo compaginar una carrera con la labor del cuidado y el papel tradicional de la mujer en la sociedad africana?
- Binomio políticas positivas e iniciativas de impacto: En países como Uganda se están impulsando programas nacionales que facilitan el acceso a recursos y programas de formación para mujeres; existen políticas positivas y son muy necesarias para avanzar hacia el equilibrio. Sin embargo, podemos tener las mejores políticas que si no «tocan realidad», si no tienen impacto, «nunca llegaremos a escuchar las voces de los más débiles». Serán un megáfono en el desierto. ¿Cómo involucramos a la comunidad? ¿Cómo trasladamos el aporte positivo de las soluciones científicas? Es fundamental generar impacto.
- Difusión y medios: Faltan referencias, relatos (en televisión, la radio, la escuela, internet) que ayuden a amplificar los mensajes. Por supuesto, falta visibilizar la ciencia en los medios en general, pero aún más, echan en falta el visibilizar a las mujeres científicas: las contribuciones valiosas de las mujeres científicas a la sociedad, la lucha contra los estereotipos, el dar testimonio, contar qué hacen, cómo progresan, cómo la ciencia cambia sus vidas, cuáles son las dificultades que se encuentran en su camino.
Hasta aquí. Son mis notas, seguramente incompletas. Son los mensajes que me hicieron sentido esta mañana. La hora y media mejor invertida de la semana. Por aquí, continuamos.
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