Ítaca me encuentro reflexiones interesantes.
Partiendo del blog de un consultor artesano llamado Julen Iturbe, me cruzo en mi camino con el blog de Maite Darceles. De aquí para allá acabo en el wiki del foro Ítaca. A delicious para ir consumiendo a ratos. Pero como buen voyeur me pongo a desbrozar, por aquí y por allá hoy mismo. Leer -a veces- depara gratas sorpresas. Es que la mayoría del tiempo leemos desenfocados.
En ello andaba cuando me he detenido en un texto de Maite Darceles. Pocos nos entienden cuando intentamos explicar en qué consiste nuestro trabajo. Para quienes andamos sumergidos en desarrollos y giros organizativos, acostumbrados a patinar en los microcambios y procesos de transformación varios, explicarlo no es fácil. Supongo que ni nosotros mismos lo tenemos claro.
Por eso me ha gustado su texto. Aquí va.
Históricamente el management ha tratado a la persona como “un recurso más” que se dirige, se gestiona, se planifica, se controla, etc. La persona, de quien se espera que construya la organización no puede ser tratada así, en el sentido tradicional. Por tanto hace falta desaprender muchos conceptos y crear y socializar otros nuevos junto con actitudes y formas de operar diferentes.
Ante los casos de éxito corremos el riesgo de que se traslade lo más superficial. Si seguimos viendo a las organizaciones que avanzan en estos terrenos desde nuestra óptica de organización y management tradicionales (imperantes), sólo seremos capaces de intentar copiar la herramienta, aquello “que se ve”, cuando en realidad lo verdaderamente importante está en los cambios profundos (conceptuales, filosóficos, operativos, culturales, actitudinales) que van haciendo que emerjan nuevas formas de hacer las cosas, que luego son eso “que se ve”.
La herramienta por sí sola no logrará estos cambios de fondo. Además, porque cuando construimos las organizaciones realmente desde las personas (¡no desde arriba, pensando paternalmente en las personas!), (…) cada una ha de hacer su propio y genuino recorrido.
Pues en eso estamos, personas y organizaciones. Proyectos personales, proyectos organizativos, que en algún momento se cruzan y realizan un trayecto conjunto. Desgraciadamente en la mayoría de los casos (sí, tu compañero, el del puestazo en Iberdrola es uno de ellos), las prácticas de gestión se encargan de desligar, amputar y achicharrar todo aquello que -paradoja de las gordas- nos comienzan a demandar. Se acabó el juego. Alienación, homogeneización, tareas definidas e informes para que el de arriba decida. Y si te he visto, no me acuerdo. O lo justo.
La foto -genial- es de Beth – http://www.flickr.com/photos/beth19/