A raíz de un texto de Esmeralda Díaz-Aroca en TopTenManagement sobre el origen de los códigos QR (códigos bidimensionales en una matriz para escanear información) y su reciente irrupción en el sector del marketing y la publicidad móvil, he descubierto el N Building de Tokio, Japón. 

Es la mezcla de lo físico y lo virtual. A lo bestia.

Como podéis ver en el vídeo, en su fachada se genera un código QR a través del cual acceder a información sobre las tiendas, realizar reservas o descargar cupones de descuento. En un mes se cumplirán dos años desde su inauguración, con aplicación para iphone incluida. Yo llego 2 años tarde. Y aun así me impresiona. Lo físico (¿hay algo más físico que un edificio de hormigón?) y lo virtual se han dado la mano. De forma inteligente, además.

Se comienza a ligar código QR al marketing y la publicidad. Es el link más inmediato. Genera viralidad, expectativas. No sabes qué te vas a encontrar más allá del escaneo. Es una manera original, pero cada vez más extendida (por ejemplo en el sector de las inmobiliarias -Idealista lo utiliza desde hace tiempo-) de generar, desarrollar o ampliar la información tras un soporte físico-, muchas veces papel.

Un diseñador francés lo aplicó la mundo del recruiting hace algunos meses; ahora su CV no entra exclusivamente por los ojos. Impacta a más de un sentido.

¿Se os ocurren ideas ligadas al código QR que pudieran ser utilizadas por las organizaciones?

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