Llevaba tiempo con ganas de hincar el diente a un breve libro de People Matters sobre Employer Branding (la gestión de las marcas para atraer y retener el talento). Un resumen de artículos, casos y experiencias sobre cómo People Matters ha venido colaborando con distintas compañías a la hora de trabajar el posicionamiento de marca de empleador. Un proceso que debe liderar Gestión de Personas y que la mayoría de las organizaciones aún ven lejano, y más en los tiempos que corren. Como siempre, andamos contra corriente. Casi que esto del Employer Branding no acabó nunca de llegar, y con la crisis se volvió a ir.
Entre conceptos de marketing, comunicación y HR, me llamó la atención un capítulo en el que se hacía una breve referencia a la calidad directiva de las organizaciones. En él, Alfonso habla de los líderes de la organización como un factor crítico para retener el talento:
“Al trabajar con hombres y mujeres libres que tienen cada día la opción de seguir en su proyecto o cambiar a otro, los mejores van a elegir no sólo por aspectos económicos, sino por otros de naturaleza emocional, y entre estos, la calidad directiva es el aspecto más crítico”.
Está claro. ¿Dónde se queda el talento? ¿Hacia dónde fluyen los profesionales que aportan mayor valor? Hacia organizaciones y entornos sanos, no contaminados, no tóxicos. Desgraciadamente las luchas de poder, la escasa cualificación directiva y gestora de nuestros líderes, los reinos de taifa que se generan en los proyectos proyectan una imagen letal a las personas que formamos cualquier proyecto empresarial. Luchas que matan la cooperación, la autonomía, las oportunidades o la comunicación. Múltiples proyectos personales (bandos) bajo un paraguas que ya no se sostiene.
Los mejores se quedan con los mejores. “Los mejores saben que de quien más van a aprender es de un buen equipo de directivos”. Sacado textualmente del libro. Y qué gran razón. Los mejores se quedan con directivos que dedican esfuerzos y recursos a la gestión de las personas, que apuestan por compartir, desarrollar y crecer en un marco organizativo sano. Los mejores huelen si los valores declarados en el plan estratégico son coherentes con los valores que se ponen en práctica. Ahí debemos estar Gestión de Personas. En el desarrollo de políticas y cultura de personas para abrazar al talento y que ni se le ocurra escapar 🙂
Es que si no es así, los mejores se irán y el proyecto se resiente.
Si como líder te dedicas a sacar el cuchillo en tus luchas internas en vez de trabajar por el desarrollo de tus colaboradores, si te olvidas del proyecto común que nos trajo a todos aquí para perderte en mil y un batallas, si te olvidas de las personas, no dudes que tu proyecto empresarial se devalúa. Y que los mejores vuelan.
De ahí que el compromiso por la retención del talento nazca en la cúspide.
En el libro apunta unos datos curiosos (ojo de todas maneras, que nos lo cuenta la propia consultora de personas):
- EEUU –> Inversión total en consultoría = 1% PIB.
- UE –> Inversión total en consultoría = 0.6% PIB.
- España –> Inversión total en consultoría = 0.3% PIB.
- EEUU –> 20% de la inversión en consultoría se relaciona con lo humano de la organización.
- UE –> 10% de la inversión en consultoría se relaciona con lo humano de la organización.
- España –> La inversión en consultoría relacionada con lo humano de la organización no alcanza el 5%.
* Espejito espejito… una gran foto del flickr de Carolina Tarre.