Decía Óscar hace unos días en Deusto Business School que Euskadi debe decidir si apuesta por la Economía de la Duplicación o si lo hace por la Economía de la Innovación. Porque es en esta disyuntiva donde nos jugamos el futuro de nuestro país.
A nivel institucional, Guillermo nos ponía sobre aviso de la proximidad del contagio entre España y Euskadi en cuanto a indicadores de inversión en I+D+i. Son tiempos de anormalidades presupuestarias en los que mejor echar el freno. Como si fuera fácil remontar. En España, la inversión en investigación y desarrollo representó el 1,30% del PIB en 2012. En 2011 fue del 1,36%. El mismo indicador supera el 2% para la media de la Unión Europea y se marca el objetivo de, en 2020, alcanzar el 3%. Parece que los grandes números nos meten en el saco de la duplicidad, y que no hay gota que colme el vaso de este país. ¿Qué pasará en 2014?
En cuento a nuestras organizaciones, y como acertadamente apuntaba Óscar en la mesa redonda, la apuesta por la innovación “requiere del desarrollo de capacidades y voluntades organizacionales” que nos permitan dedicar tiempo y recursos a “pensar de forma anticipatoria”. El cambio radical es el que nos permitirá pasar de modelos de gestión reactiva y de dependencia del cliente (“nos compran”) a modelos de anticipación; modelos de alta complejidad.
Un modelo reactivo es el que promueve “estar en el acting”, en el “hacer”, en la supervivencia operativa. El modelo de alta complejidad, por el contrario, facilita el desarrollo de competencias ligadas a la anticipación y la transformación.
Líderes con un modelo mental de alta complejidad dedicarán tiempo y recursos a trabajar su transformación para transformar las organizaciones. Dedicarán tiempo a trabajar desde el autoconocimiento (#crítico trabajar la autoestima) y desde el desarrollo de las competencias del equipo directivo. Hablaba Óscar de que, en muchas organizaciones, es urgente trabajar con los papás de la criatura, con la Dirección General y los Comités de Dirección de las organizaciones:
“Cuando los papás se llevan mal, cuando existen disfunciones, pasan cosas”.
Únicamente desde ahí, los perfiles de liderazgo crearán las condiciones para se generen dinámicas de integración e interrelación, y que las personas se comprometan con el proyecto. La transformación implica pasar de dinámicas de dependencia (del líder, de las estructuras, del agente decisor) a dinámicas de interdependencia, donde quien tracciona no es finalmente el líder, sino el propio proyecto.
La apuesta por la innovación desde nuestro contexto, desde nuestras organizaciones, implica desarrollar nuevos estilos de relación que nos alejen de la duplicación, del bajo coste, del empobrecimiento y la emigración del talento.
Que por cierto, leo en El País una jugosa sugerencia de la Responsable de I+D de la Comisión Europea: Que los científicos emigrantes españoles, ya que tienen que salir de España, vayan a trabajar a Europa. Que se dejen de tanto Estados Unidos… Y suelta otra perla cuando le preguntan por los indicadores del programa Horizonte 2020: afirma que en 2020 ya no será comisaria, que estará jubilada, y que probablemente pasará gran parte del tiempo en el sur de España… Es un comentario jocoso. Y vamos, que tan mal no está, pero da una penica…
Pues eso. Duplicación vs Innovación.
* Puedes encontrar la foto que encabeza el texto en el Flickr de Dandechiaro