Llevo algún tiempo dándole vueltas a la palabra “gracias”. Algún tiempo queriendo escribir sobre el valor del agradecimiento. La realidad es que hace unos meses Laura se me adelantó con un motivador texto sobre gratitud y reconocimiento. Era uno de mis #silenciosrecurrentes pendientes.
Lo había dejado aparcado hasta hoy, 23 de diciembre, un día en el que se han acumulado pequeños instantes de gratitud que han hecho que el cuerpo del texto volviera a mi cabeza.
El agradecimiento es una experiencia sanadora. (Jonan Fernández en su libro “Vivir y convivir”)
Hoy (un poquito más sano) he pensado en escribir sobre las dinámicas de gratitud que se dan en nuestras organizaciones. ¿Identificas personas en tu entorno que cultiven el agradecimiento? ¿Has dado las gracias de manera sincera a alguien hoy? ¿Has sonreído a esa persona que te abría la puerta? ¿Crees que algo así es importante en tu organización? ¿Dirías que la gratitud es una característica de tus líderes? ¿Qué tipo de proyecciones son mayoritarias en tu trabajo?
Las organizaciones en las que se dan dinámicas de agradecimiento crecen desde la confianza, construyen un futuro basado en relaciones sanas y crean espacios para reconocer(nos) y felicitar(nos). Por el contrario, aquellas que se basan en la hiperexigencia, la demanda continua, el ninguneo, las faltas de respeto y el castigo, son organizaciones enfermas en las cuales trabajan muchas personas que enferman. Son organizaciones que acaban fracasando al interactuar con los entornos, pues proyectan una mayor ansiedad y toxicidad en las relaciones.
Ante dinámicas enloquecedoras, responder desde el agradecimiento provoca micro-transformaciones.
Ante los conflictos, ante los obstáculos que inevitablemente se darán, una organización que opta por cultivar el agradecimiento:
- Demuestra una voluntad consciente para resaltar lo positivo, aquello que merece la pena ser valorado. Porque siempre hay algo bello esperando ahí fuera.
- Resalta lo que nos une, lo que nos permite construir, lo que nos integra, y no lo que nos excluye.
- Promueve relaciones basadas en la confianza.
- Minimiza los comportamientos masoquistas y de maltrato (en muchas ocasiones estos mecanismos son inconscientes, ¡altamente radioactivos!)
- Reconoce e identifica oportunidades de crecimiento donde otros ven limitaciones.
No olvidemos que agradecer es una decisión libre. Una decisión que, consciente o inconscientemente, tomamos todos los días. Cuando lo hacemos, cuando decidimos agradecer, provocamos cambios; estamos trabajando el cuidado de nosotros mismos y de los otros. Cultivando el cuidado, contribuimos a alimentar la esperanza.
Veintitrés de diciembre. A las puertas de la Navidad. Un buen momento para alimentar la esperanza, para pensar en el futuro 2014, reconocer el pasado 2013, y por supuesto, para daros las GRACIAS.
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