Estamos a punto de acabar nuestro repaso del modelo de las Interacciones Primordiales de Daniel Taroppio. Los textos se apoyan en las dinámicas y vivencias del taller de “Capacidades básicas del Profesor Facilitador” que impulsa el área de Innovación Docente de la Universidad de Deusto, así como en el propio libro “El Vínculo Primordial” de Taroppio. (*)
- Post 1. Confianza básica
- Post 2. Capacidad de gozo
- Post 3. Capacidad emotiva y poder personal
- Post 4. Capacidad afectiva
- Post 5. Capacidad de inteligencia creadora y existencial
Nos adentrábamos en el texto del pasado mes en la capacidad de inteligencia creadora y existencial, la primera de aquellas que, desde un enfoque transpersonal, acceden a estados expandidos de consciencia. La siguiente capacidad es la de la intuición.
Desde un enfoque puramente racional, la intuición es el procesamiento deductivo, de enormes cantidades de información y datos a una velocidad muy alta. Parte de que los datos se encuentran en algún lugar de nuestro subconsciente y no sabemos explicar el proceso deductivo que nos lleva a ello.
El racionalismo niega que exista cualquier tipo de proceso que no responda a una secuencia lógica del pensamiento. En el polo opuesto, quien se fía ciegamente de lo intuitivo viaja a lo mágico, lo meramente subjetivo, muchas veces basado en los prejuicios del inconsciente, la arbitrariedad y las conclusiones apresuradas.
Partiendo de estas polaridades, en una escala de grises, ambas debieran ser ponderadas. Por más esfuerzo que hagamos, nunca llegaremos a conseguir una comunicación que se base en el puro dato racional. Somos personas que observamos la realidad desde perspectivas limitadas. Desde nuestra subjetividad y nuestras percepciones enriquecemos la comunicación no reduciéndola a un mero intercambio de datos.
Superando la perspectiva lógica / racional de la intuición, existen nuevas aproximaciones que se refieren a la capacidad de nuestra mente para ir más allá de las conexiones neuronales de procesamiento de información. Desde un enfoque de intuición transpersonal se valida la posibilidad de acceder a fuentes de información no perceptibles a simple vista, que van más allá de la realidad empírica, y que se refieren a la trama holística del universo. Escenarios ya manejados desde la física cuántica nos hablan de conexiones entre objetos separados en el espacio y sin posibilidad de intercambiar información material entre ellos. Desde este enfoque la capacidad intuitiva alcanzaría a captar informaciones fuera de la percepción tradicional (sincronías…)
Quizás una de las claves de la inteligencia intuitiva sea la posibilidad de discernir e interpretar las intuiciones de manera correcta, en un sentido adecuado. ¿Cómo diferenciar la intuición de una simple corazonada? ¿Cómo distinguir la intuición y el delirio? “Es ciertamente muy difícil en algunos casos establecer la línea que separa a la intuición de la proyección, y a lo transracional de lo preracional”, afirma Taroppio.
También habla de que “solo en la medida en que estemos en contacto con nuestro inconsciente personal podremos tener acceso a fuentes de información que trascienden a los datos grabados en nosotros durante nuestra etapa de crianza y socialización. La sabiduría universal se oculta en nuestro inconsciente, y más aún, en el inconsciente colectivo”. La posibilidad de acceder a esta sabiduría no solo depende de la velocidad de procesamiento de la trama neuronal de nuestro cerebro sino de nuestra integración personal, supeditada a aspectos afectivos, emotivos, cognitivos, espirituales…
“El despertar de la intuición necesita estar sostenido en el trabajo personal, la psicoterapia y la meditación” Daniel Taroppio
Las intuiciones más importantes en el crecimiento personal no están referidas a lo material, externo o empírico, sino a verdades interiores. Desde nuestra propia transformación nos abrimos a un mundo más profundo, en el que lo cotidiano cobra una dimensión trascendente. Percibimos el arquetipo / mito que se manifiesta en lo profundo de cada acción cotidiana, generando un enorme potencial integrador en nuestra personalidad, relaciones y grupos. Accedemos a la percepción de que todo lo que existe es una unidad, está conectado, fluye desde un movimiento integrado. Esta trascendencia se fundamenta en vivir la naturaleza esencial de lo humano.
El enfoque de esta capacidad desde el yoga reside en el chakra frontal (Ajna). La energía nace en el punto medio de la cabeza y su elemento es la luz. Este centro armoniza la energía de otros chakras y organiza la energía intelectual. El trabajo desde este centro busca concienciar de la presencia de un testigo transpersonal que ayude a integrar los aspectos del yo (mirada masculina y femenina). Cuando ambas modalidades operan integradas surge el universo como flujo (”Todo en uno, Uno en uno, Uno en todo”). Comienza a aflorar una comprensión no intelectual que, más allá de las necesidades y seguridades, colma la vida de paz. En la sesión corporal se trabajó con diversos ejercicios, dramatizaciones e interacciones grupales para activar diversos arquetipos. A estos ejercicios se añade el trabajo de la relajación y la respiración consciente, la fluidez de la energía en el cuerpo para la unificación de todos los centros. El objetivo es salir de la zona de confort del ego incursionando en estados de consciencia expandida.
(*) El contenido de este post se basa en el libro “El Vínculo Primordial” de Daniel Taroppio así como en lo acontecido en la sesión del mes de marzo del taller “Capacidades básicas del Profesor Facilitador” liderado por Elena Quevedo y Piedad Arbaiza en la Universidad de Deusto.
(**) Acompaña el texto la fotografía (libre de derechos y también un poquito recortada) de Jeremy Thomas, encontrada en unsplash