Mobydick. Eneko Burzako tenía ganas de grabar un disco grande. Y Cotard delusion es un disco grandioso.
Hacía muchísimo tiempo que rondaba en mi cabeza el poder vivir la experiencia de trabajar y grabar con Eneko, y esa posibilidad se puso a tiro en 2012. Era la primera vez que me involucraba en un proyecto en el que, como pianista y teclista, asumía un rol secundario. Asumimos, a su vez, que lo que estábamos organizando era un proyecto profesional, que sin duda suponía un salto de calidad frente a proyectos previos.
Eneko es perfeccionista, obsesivo, ácido y un tío enorme. Los casi dos años que trabajé a su lado no me los quita nadie. Grabación en Madrid, conciertos con 10 personas en el escenario… aquella ballena era un disfrute.
credits
2013.