Acabo de dejar a Martín en la cama. Ha caído rendido. Parecía el día idóneo para estrenarnos con el libro «Monstruo Rosa«, de la ilustradora Olga de Dios; un precioso texto para los más pequeños con el que entrenarnos en los valores de la tolerancia, la convivencia y la diversidad.
Monstruo Rosa es un bicho redondo, grande y tierno que no encaja en el mundo pequeño, puntiagudo y en blanco y negro trazado por la autora. Su alegría y su vitalidad se escapan de la cuadrícula y un día acabará decidiendo emprender un viaje para conocer otros mundos. (y quizás saber más sobre él). Sin rencor con quienes nunca encajó, aunque con incertidumbres, deja atrás su mundo para buscar respuestas a su condición de diferente. La búsqueda es larga, y durante el camino pasan los días y las noches, un viaje en un barco de papel y una travesía por el desierto. Finalmente alcanza un nuevo hogar lleno de color y seres diversos que le reciben y le aceptan tal y como es.
El viaje y la integración (todos somos migrantes). La vida en la confrontación o el deseo de una convivencia pacífica haciendo mundo con los otros. El intercambio de golpes frente al debate y a la aceptación de la diversidad. La escucha y el diálogo con el diferente, arriesgando y, por qué no, gozando de la integración de lo intercultural. El optimismo en la dificultad, el abandono del hogar para buscar nuevos puertos en los que crecer y encontrarse a uno mismo.
No me digan que no era un día estupendo para charlar de todo esto antes de irnos a dormir.