Cuando nacieron, la revolución de Internet ya estaba aquí. Les llamamos la generación Y, la generación Facebook o la generación del milenio (millennials). Ésa que ha nacido y crecido en la red. Hoy, poco a poco, se incorporan a nuestras organizaciones.
Jeroen Boschma los define como inteligentes, sociales y superfast. En nuestro país, mucho más castizos, les degradamos a la “Generación NINI”.
Un perfil rápido: Individualistas. Egocéntricos. Que buscan lo inmediato. Que priorizan las experiencias, disfrutar del camino. Están permanentemente conectados. Multitarea. Les falla la capacidad de concentración y tienden a dar tumbos en la superficie de un impacto a otro. Me encanta generalizar.
Leía hace unos días un interesante artículo sobre un estudio que afirma que se trata de la generación con mayores niveles de estrés y la más propensa a sufrir depresiones y trastornos de ansiedad. Parece que la generación del milenio, al fin y al cabo, no “pasa de todo”.
En el momento de crisis actual, con un paro juvenil que alcanza más del 55% (ojo, de aquellos jóvenes quienes buscan activamente trabajo, no de aquellos que están estudiando o no demandan empleo) se trata de una generación que está sufriendo para buscar su espacio, pero que sin duda lo va a conseguir. Ya sea a través del trabajo por cuenta ajena o el emprendizaje viviremos cambios en la cultura de nuestras organizaciones, en la forma en que interactuamos y trabajamos. Transformarán el concepto de profesión:
“You can chase your passion and channel it into profit. There are alternative career paths that don’t involve passing through the doors of human resources to achieve happiness.” – David Burstein – ha escrito Fast Future: How the Millennial Generation Is Shaping Our World.
Amén.
Se incorpora al mercado laboral una generación que luchará para trabajar en aquello que ama. Una generación que se aleja de las jerarquías y que prioriza los proyectos por encima del salario. Que tratará de diferenciarse desde la originalidad y desde la autonomía para poder trazar su propio camino. Que valora el aprendizaje, el acompañamiento y el desarrollo integral en su organización. Que llegará al extremo de preferir no tener empleo a continuar en un puesto de trabajo que odie.
Una de las claves de las organizaciones del futuro, que navegan en la incertidumbre y el cambio continuo, es integrar la energía, la inteligencia, la adaptabilidad y el saber tecnológico de la generación del milenio.
Dado que las organizaciones actuales huelen tan mal, quizás sería bueno que estuviéramos bien atentos a los cambios que nos propone la generación del milenio. No perdemos nada. Y son, sin duda, los cambios que están por venir.
Alguno diría (yo no seré) que esto tiene algo que ver con eso que llaman innovación.
* ¡Sueña! Preciosa foto de gpetrequin