2/2 – Sostenibilidad y futuro en contextos de complejidad

Continuamos con la segunda parte del post que lanzamos hace unos días acerca del Moodlemoot Euskadi 2014. Mi punto de vista expandido tras la mesa redonda sobre los procesos de cambio que se producen en las organizaciones a raíz de la irrupción de lo digital. 

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En el anterior texto reflexionábamos sobre el papel de Gestión de Personas en este momento de cambio (o cómo la fricción ha tumbado la emoción). Hoy profundizaremos en el rol del nuevo liderazgo que la digitalización requiere. 

El papel del liderazgo. O cómo un analfabeto digital tumba los cambios necesarios.

Ya hemos hablado del reto (titánico pero necesario) que debe abordar Gestión de Personas si quiere trabajar por la sostenibilidad de la organización (y no ser una rémora). Pero todos nuestros esfuerzos caerán en saco roto sin líderes inteligentes y preparados/as (con la intuición necesaria) para abordar el reto de la transformación.

Nos encontramos con numerosas organizaciones en las que los/as líderes analógicos/as ningunean dicho cambio. Ni lo entienden, ni lo intuyen, ni lo pretenden. Nada es más peligroso que un/a directivo/a analfabeto/a digital… El/la líder digital irá demoliendo las estructuras analógicas y, poco a poco, la nueva cultura se irá imponiendo. Pero calculo que aún deberán transcurrir 15 años para que estos/as líderes digitales asalten los comités de dirección. ¿Será demasiado tarde? 

Durante la mesa redonda identificamos tres valores o actitudes que considerábamos fundamentales para abordar con éxito la transformación digital (un cambio no meramente tecnológico, sino cultural y a tres niveles; personas, procesos y organización). El primero de estos valores es la gestión de la diversidad. El segundo, cómo afrontamos riesgo y el error (#fallondizaje). Y el tercero, más básico aún que los anteriores, es cómo desarrollamos un clima de confianza básica entre las personas del proyecto.

Mientras tanto, en el camino, necesitamos líderes que cohabiten / convivan con el proceso, que intuyan su complejidad y no les dañe su ego controlador. Necesitamos personas que no aniquilen ni estrangulen iniciativas que a veces no tienen siquiera porqué entender. El/la líder, en un contexto digital, ya no va a ir necesariamente delante, sino que a menudo acompaña, modula y comparte influencia (liderazgo distribuido) para construir de manera compartida. Para ello, la confianza en los equipos es una prioridad.

Quizás estemos pidiendo demasiado a un grueso de directivos/as que se halla confuso, o como dice Santi García, “prisionero del trabajo de años primando la eficiencia frente a la flexibilidad, la robustez frente la agilidad y la seguridad frente a la resiliencia”.

La tecnología está actuando como irritadora y agitadora de organizaciones y personas (Gallastegi dixit). Está fundamentada en la distribución de poder, el compartir, la innovación y la competitividad. En general, el/la directivo/a clásico no tiene los recursos para controlar (bajo su antiguo concepto de control) este nuevo escenario, y obviamente, la gestión clásica se muestra insuficiente. 

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Es hora de que los/as jóvenes nos hagamos un hueco en los proyectos y promovamos microcambios en nuestro entorno. Debemos ser conscientes de que, desde una perspectiva inteligente, tenemos que caminar acompañados/as de los/as actuales líderes, ganándonos su confianza y cediendo las medallas. Les necesitamos a nuestro lado y, por tanto, somos también responsables de que se suban al barco.

Soy consciente de que me dejo muchas cosas en el tintero y me gustaría animar la conversación. ¿Qué opinas? ¿Aportarías una nueva perspectiva? ¿Crees que somos co-responsables de alinearnos con el/la directivo/a analógico?

* Imágenes de dos de los momentos de la mesa redonda. Arriba, las siete miradas (falta Edu a la izquierda) y abajo el graphic recording de la sesión. Un lujazo…

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